Sabemos que tener una vida sedentaria y una mala alimentación no es bueno para nuestro cuerpo.
Uno de los graves problemas de salud a nivel mundial es justamente eso. Y por eso es que existen iniciativas que promueven hacer ejercicios y comer sano y todos lo aplaudimos.
En muchos países, se busca disminuir la tasa de obesidad a través de propuestas a nivel escolar, por ejemplo. Se mejoran la calles para incentivar el uso de las bicicletas, o de colocar un etiquetado especial que indican el contenido de grasas y azúcares que contienen los alimentos que compramos.
Sin embargo, también sabemos que todo exceso es igual de perjudicial, y eso implica cuando los que son deportistas tienen una obsesión por su cuerpo. El culturismo por ejemplo, es una controvertida disciplina que se puede escapar de las manos si no se sabe manejar bien.
El físicoculturismo es una actividad de ejercicios físicos intensos y el que lo practica, puede hipertrofiar el músculo si no conoce los límites.
En las competencias de esta disciplina la persona con los músculos más grandes no es la que gana. No se valora el músculo en sí ni su volumen, sino haber logrado una musculatura fuerte y definida con la mayor simetría y equilibrio posible.
Pero, como en todos los deportes y disciplinas, existen personas con obsesiones muy fuertes que nada tienen que ver con el objetivo inicial.
Si duda, todos exageraron demasiado.
El culturismo ha estado en la polémica y es tristemente famosa por el uso conocido de hormonas sintéticas y esteroides. Incluso, algunas son de uso veterinario y les ayudan a aumentar la masa muscular notoriamente.
También no podemos meter todos al mismo saco, por que son muchos los culturistas que compiten de acuerdo a las reglas e invierten muchas horas yendo al gimnasio y alimentándose bien hasta conseguir el cuerpo soñado sin extralimitarse.
La alimentación es un aspecto que cuidan mucho y controlan todo lo que consumen, con las cantidades y su composición de forma estricta.
Además, que no deben pasar hambre porque justamente es con la comida que pueden generar músculo. Se preocupan de las cantidades de sal o azucares ya que así no producen grasa y no tienen retención de líquidos.
Lamentablemente, hay algunos que quieren el camino fácil y se inyectan sustancias que inflan el músculo pero de manera artificial. El resulta es aún peor.
Si lo prácticas, recuerda ponerte límites razonables.