Aunque no lo creas existe la amaxofobia, que es el miedo a conducir que sienten algunas personas cuando se sientan tras el volante de un automóvil. Se puede manifestar de diferentes formas y una de sus características es que el miedo los paraliza tanto que no son capaces de utilizar el vehículo.
Algunas personas temen provocar un accidente o equivocarse con los mandos, y para otras el problema está en el lugar por el que conducen, como la autopista o las grandes avenidas. También están los que temen usar el coche de noche o a una mayor velocidad.
La amaxofobia está compuesta por tres niveles:
Cognitivo
Se tienen pensamientos sobre accidentes, perder el control, miedo a la muerte o causar daños a otras personas.
Emocional o fisiológico
Se siente ansiedad, tensión muscular, inseguridad, náuseas y sudoración excesiva. También puede presentarse visión borrosa, aumento del ritmo cardíaco, diarrea o temblor en las manos y piernas.
Conductual
Se evita conducir o solo se hace bajo algunas circunstancias especiales como al estar acompañado, ir por ciertas vías, no excederse de la velocidad mínima, conducir de día o por calles poco transitadas.
La gravedad del miedo a conducir varía según la incapacidad o las dificultades que ocasiona la fobia, algunos no pueden subirse al asiente del conductor, otros prefieren que conduzca otro, caminar o tomar un taxi y a otros conduce solo si toman una vía más tranquila, aunque tarden el doble de tiempo en llegar al destino.
La amaxofobia puede afectar a la vida cotidiana, ya que se pueden rechazar trabajos que requieran conducir, gastar mucho dinero en transporte público, no poder trasladar a alguien en caso de una emergencia o incluso no disfrutar de una escapada de fin de semana.
Esta fobia suele afectar más a los conductores con poco experiencia, menor a los dos años, y en menor medida a los más experimentados. También se presentan más casos en mujeres en torno a los 30 años.
Algunos de los principales orígenes del problema son:
- Haber sufrido un accidente o presenciado uno.
- haber recibido una educación basada en el miedo o la desconfianza de las habilidades.
- Experimentar ansiedad o estrés por problemas ajenos a la conducción, como problemas laborales o familiares.
¿Cómo vencer el miedo a conducir?
Crear un ambiente relajado
Hay veces en que si te acompañan amigos o familiares te puedes poner más nervioso. En ese caso puedes pedirles que se sienten en la parte de atrás del auto o que directamente no te acompañen.
Viste ropa cómoda para no experimentar presiones en ninguna parte del cuerpo, pon música relajante y un aromatizante.
Practica la respiración abdominal
Cuando sientas que no puedes controlar la situación o estés a punto de sufrir un ataque de pánico, debes comenzar a hacer respiraciones abdominales.
Toma aire por tu nariz e hincha tus pulmones. Expande tu vientre al máximo y luego exhala lentamente para que el cuerpo se relaje. Repite esto varias veces hasta que estés más calmado.
Usa afirmaciones positivas
Repite frases o palabras que te permitan aumentar tu confianza y autoestima.
- Estoy conduciendo con mucho cuidado y voy dentro del límite de velocidad.
- Soy un conductor preparado
- Voy por el carril derecho para sentirme más seguro
- he planificado este viaje, sé a donde me dirijo
Confronta tus miedos
Para controlar la fobia a conducir debes permitirte conducir, comenzar de a poco, en horarios de poco tráfico, en calles poco transitadas y a muy baja velocidad. Poco a poco verás que ganarás más confianza en ti mismo y el miedo desaparecerá.
La terapia de exposición es una de las maneras más eficaces para superar el temor, de lo contrario el miedo seguirá aumentando y será incontrolable.
Avanza de a poco
Es mejor avanzar poco a poco hasta sentirse preparado. Comienza sentándote tras el volante con el coche apagado, luego conduce solo una calle, da la vuelta a la manzana, ve a una calle principal con semáforo, usa el carril derecho de la autopista, pasa al segundo carril, conduce por la carretera y así sigue avanzando dando pequeños pasos a la vez.
Pide ayuda
Puedes pedir ayuda a quienes tienes alrededor para que te acompañen en tus primeras salidas o al menos te escuches y te den su opinión. A veces solo debes hablar de tus problemas y los sentimientos que produce para comenzar a recuperarte.
Atrévete a superar el miedo a conducir y poco a poco verás que no era tan imposible como lo creías.