En el sistema capitalista, a la industria productora de alimentos poco le importa la calidad de sus productos y -con tal de ajustar fracciones de un centavo del precio de sus productos- abaratará costos hasta el límite del fraude.
Junto con ello, la hibridación y la ingeniería genética que -algunas veces de forma más ética que otras- afectan nuestros alimentos, no tenemos cómo controlar exactamente lo que comemos estos días. Al menos no totalmente.
Pero sí podemos controlar lo que sabemos, y si nos informamos lo que implican los ingredientes de un producto, su composición y su elaboración, podremos reducir nuestro riesgo.
Por ejemplo, si usted ama comer en McDonald’s, bastará que eche un vistazo a estos cinco horripilantes ingredientes que se encuentran en sus productos de comida rápida, y pronto dejarán de apetecerle tales platillos.
TBHQ
La Tert-Butilhidroquinona (TBHQ) es un aditivo a base de petróleo que se encuentra en 18 recetas diferentes en el menú de McDonald’s. Si bien la Food and Drug Administration (FDA) ha asegurado que este producto químico es apto para el consumo humano, el consumo reglar de éste a través de productos de McDonald’s podrá causarle cáncer de estómago, modificaciones y daños en el ADN e incluso la muerte.
Celulosa
Comer fibras de madera indigestas no es algo muy atractivo, pero en McDonald’s lo sirven junto a su cajita feliz. La celulosa es un producto natural producido a partir de madera, y en la cadena norteamericana lo agregan a los productos de comida rápida con el único objetivo de agregarles volumen.
Aceite de silicona
Los nuggets de pollo de McDonald’s tienen aceite de silicona o Dimethylpolysiloxane, un material sintético que se usa en lubricantes, lentes de contacto y calafateo. La empresa lo usa porque evita la oxidación de las grasas y los aceites, prolongando la vida útil de sus nuggets.
Sulfato de amonio
Esta es una sal inorgánica, de las primera y más usadas en fertilizantes nitrogenados especializados en la producción de cultivos. Es utilizado comúnmente en el herbicida Roundup, de Monsanto, y también como retardante para el fuego. Este desagradable químico se encuentra también presente en los bollos de las hamburguesas de McDonald’s, pues en su producción ayuda a activar la levadura. Su consumo puede causar náuseas, diarrea, irritación del tracto gastrointestinal e incluso alteraciones hormonales.
Dióxido de silicio
La arena industrial o arena de sílice, como se conoce comúnmente al dióxido de silicio, es utilizado ampliamente para fabricar vidrio, fibras ópticas y cemento. La diferencia es que, al manipular la arena de sílice en la creación de estos últimos, los trabajadores usan trajes y máscaras especiales para materiales peligrosos. Gracias a que la FDA ha aprobado este producto para ser utilizado en la industria de la comida rápida, McDonald’s lo añade a sus carnes y salsas para evitar que se aglutinen.