Si no tienes aquel amigo que siempre intenta zafar de los abrazos y los besos, quizás tú eres ese amigo. puede que el resto lo considere algo extraño o hasta mal educado, pero es porque no saben lo que se siente no soportar la incomodidad de ser tocado por otra persona.
A continuación, te mostramos algunas situaciones típicas donde la incomodidad aparece y hace sufrir a este tipo de personas.
Los niños ajenos
Los niños son como una obra de arte: más bellos si los admiras con cierta distancia. Amamos a los niños de otras persona, pero nuestra manera de demostrar amor no incluye ni se limita a los abrazos. Sólo abrazamos a nuestros propios hijos.
Verano
El gran defecto de esta estación es que en todas partes hay cuerpos sudorosos que están dispuestos a pegarse a ti apenas haya un roce. Usar ropa de verano y no quedar pegado al asiento o (Dios no lo permita) a la piel de otra persona, es imposible.
Abrazos sin motivo
Y con motivo
Cuando una persona casi extraña, pero generalmente con lazos sanguíneos, intenta abrazarte es algo terriblemente incómodo.
Masaje
¿Pagar para que un extraño toque todo tu cuerpo con sus manos extrañas? Es antinatural.
La piscina
Las piscinas son sopas de gente, y apenas nuestra cara toque la misma agua que tocaron las piernas de un extraño…preferiría quedarme en mi cama todo el día, gracias.
Nuevas relaciones
Nunca sucederá de inmediato, pues necesitamos acostumbrarnos al hecho de que has aparecido en nuestra vida. Pero cuando sucede, damos todo el cariño que podemos.
Viejos amigos
¿Ha escuchado hablar de proxémica? Respeta mi espacio personal, pues que hayamos sido cercanos hace 10 años, no te da derecho a invadirme con tus toques amistosos y palmaditas en el hombro.
Y lo más importante:
Si te abrazamos regularmente, entonces eres alguien muy significativo para nosotros.