Este verano, la física Leah Broussard pretende demostrar la existencia de un universo espejo, compuesto por una materia similar a la del nuestro. Así le contó a la NBC la científica del Laboratorio Nacional Oak Ridge, de Tennessee (Estados Unidos).
Se trataría de una clase de materia oscura, que constituye alrededor de un 85% del universo, y no puede ser observada sino es a través de su influencia gravitacional.
“Se manifiesta como una copia perfecta de las partículas e interacciones del Modelo Estándar de tal manera que la paridad y la inversión de tiempo son simetrías exactas, e interactúa muy débilmente con nuestro universo conocido, principalmente gravitacionalmente”, señala un estudio de Broussard publicado en 2017.
La científica, no obstante, piensa que la materia oscura puede ser detectada si un haz de partículas subatómicas acelerado con un imán poderoso colisiona con una pared impenetrable. Si la teoría de la materia espejo es correcta, entonces algunas de estas partículas se convertirán en “imágenes especulares” de sí mismas y continuarían con su movimiento tras la barrera.
“Este es un experimento bastante sencillo que improvisamos con partes que encontramos por ahí, usando el equipo y los recursos que ya teníamos disponibles en Oak Ridge”, explicó Broussard. Y pese a su simplicidad, la científica considera que el experimento podría refutar la visión del mundo creado por la física convencional.
“Si descubres algo nuevo como eso, el juego cambia totalmente”, asegura, pues este universo sería tan complejo como el nuestro. La prensa ha asegurado que este experimento intentaría “abrir un portal” a un mundo paralelo.
No obstante, Broussard no cree que sea posible encontrar vida inteligente a través del universo espejo. “Es poco probable que en la materia oscura haya personas, pero es muy probable que la materia oscura sea tan rica como la nuestra”, concluye la científica.