La educación formal se ha dedicado principalmente a que los niños reciban conocimientos en materias académicas de reconocimiento, sin embargo se ignora la importancia y urgencia de incluir educación emocional dentro del aula. Esto se debe principalmente porque los adultos tienden a brindar una mayor atención e interés sobre las notas alcanzadas por los jóvenes que por su salud mental.
A los estudiantes se les exige tener resultados perfectos en todas las materias, sin preocuparse por la carga de estrés en ellos. Los padres y profesores olvidan velar por su estado emocional y mental luego de tales exigencias.
Muchos estudiantes demuestran un comportamiento obsesivo con las calificaciones, lo que en la mayoría de los casos les impide desarrollar una vida social o incluso saber qué es lo que realmente les gusta. Los jóvenes se manifiestan agresivos, violentos y rebeldes, queriendo imponerse ante sus padres y otras figuras de autoridad.
Las alteraciones del comportamiento se deben a que los niños no saben cómo manejar las herramientas para canalizar sus emociones, por lo que demuestran un mayor nivel de frustración que los convierte en seres más impulsivos e incontrolables, afectando negativamente su estado de salud emocional.
La Fundación Liderazgo Chile quizo hacer algo al respecto y promocionó un proyecto de ley de educación emocional. La propuesta pretende brindar a los docentes las herramientas necesarias para incorporar la educación emocional dentro de las aulas para ayudar al desarrollo de los estudiantes.
Arnaldo Canales, presidente de la fundación, afirmó que un niño en buen estado emocional es capaz de aprender con mayor facilidad. Eric Valverde, magíster en educación y asesor de la fundación, señaló que la salud emocional, la violencia, la vulneración de los derechos y la falta de ética rara vez son temas que se mencionan en los colegios. Lo que es considerado como un grave error, ya que son estos temas los que permiten que los más jóvenes entiendan y comprendan de mejor forma sus propias emociones y vivencias.
Pamela Villagra, docente, indicó que la educación emocional es importante para los niños dado que muchos no saben controlar sus emociones, lo que genera que exploten fácilmente a través de actos violentos contra sus compañeros o en llantos inesperados sin motivo aparente.
Brindar este conocimiento dentro de las aulas le permitirá a los profesores y adultos en general, ayudar a los más jóvenes a lidiar con sus propias emociones, al enseñarles a identificarlas, aceptarlas y expresarlas de la mejor forma para que no representen un peligro ni para ellos ni para su entorno.