Apostar por vivir en un país ajeno siempre es una gran desafío, pero si a eso le sumamos una familia, hijos y el inicio de una pandemia, todo se vuelve mucho más complicado y podría derrumbar los sueños de cualquiera.
Pese a todas las adversidades, un matrimonio de paraguayos apostó por una mejor vida en Argentina y contra todos los pronósticos, lo logró.
Hace 16 años, Mónica y Gabriel Ovidio hicieron las maletas y se mudaron a Argentina. No tenían muchos estudios, pero lograron instalarse de forma modesta, ella como peluquera y él como conductor de transporte escolar.
El trabajo era fundamental para poder mantener a sus 5 hijos, pero en el momento en que llegó la pandemia a ese país, quedaron prácticamente en la calle.
Dejaron de generar ingresos y ya no les quedaba dinero para la comida ni para el alquiler. Estaban sobreviviendo con un bono que les había dado el gobierno argentino, pero no era suficiente para los 7.
Gabriel fue un día al mercado a comprar verduras y venderlas a domicilio junto a su esposa, cuando de pronto ve a lo lejos algo que les cambiaría la vida.
“La plata era muy poca, no nos alcanzaba para nada. Entonces nos agarro un bajón tremendo. En ese momento, desde lejos, me puse a mirar cómo un camión descargaba papel higiénico y le dije a mi esposo ‘vamos a vender papel’. Fuimos a preguntar y la plata que teníamos nos alcanzó para 20 paquetes de uno económico”.
Mónica Ovidio
Ambos quedaron totalmente sorprendidos cuando los papeles higiénicos se vendieron prácticamente de inmediato, en ese momento se dieron cuenta que había un gran negocio que explotar.
Comenzaron a reinvertir casi todo lo que ganaban en más papel higiénico hasta que comenzaron a tener grandes ingresos. Luego de pasar muchos meses sin tener qué comer, la vida les sonreía nuevamente.
Hoy, Mónica y Gabriel fundaron su propia “Casa de papel”, pasando de revendedores a convertirse en una verdadera empresa distribuidora. Eso sí, el trabajo es duro, de lunes a lunes, pero ya cuentan con grandes clientes.
Tras haber pasado por un camino oscuro, en el que apenas había salida, ahora tienen dos locales que atender. De hecho, parte del dinero que ganan lo ocupan para ayudar a otros emprendedores a poner sus propios negocios.
Su idea es animar a los otros y que jamás se rindan, así como también apoyarse en los grandes motores de su vida, como para ellos son sus cinco hijos.