En un programa llamado “12-Year-Shopholic”, la pareja formada por Aan y Kelly McKenna mostraron la adicción de su hija mayor cuyo nombre es Chase. A ella le encanta la ropa de diseñador y ellos cumplen todos sus caprichos a pesar de no tener ahorros.
Para Alan y Kelly ser buenos padres consiste en comprarle a sus hijos ropa de diseñador que incluye accesorios de lujo.
Alan y Kelly son de Bexley, Inglaterra y tienen 3 hijos: Reece, McKenzie y Chase. En el 2014 participaron del programa “12-Year-Shopholic”, confesando que su hija mayor es adicta a la ropa de diseñador.
El problema es que sus padres consentían sus gustos por pensar que así eran mejores padres.
“Tenía a mis hijos pequeños y sentí que si los vestía con prendas de diseñador, la gente pensaría que estaba haciendo un buen trabajo. En el momento en que nacieron, todos llevaban ropa de diseñador. Quería que mis hijos se viera bien”.
Kelly McKenna en 12-Year-Shopholic.
La adicción de Chase se produjo debido a que sus padres a temprana edad, decidiera vestir a sus hijos con ropa únicamente de diseñador. Ellos compraban camisetas de 480 dólares y por ello pensaban que eran un ejemplo de buena crianza.
Lo malo es que esta pareja usaba dinero que no tenían para cumplir con estas compras y ellos se quedaron sin ahorros en su cuenta bancaria para consentir a Chase y sus hermanos menores que siempre vistieron a la última moda.
“Somos una m**rda con el dinero, no tenemos ahorros, vivimos todos los días tal y como está. Podríamos tener muchas deudas y todavía podría irme a la cama y dormir tranquila. Cosas así no me preocupan (…) La gente me dice ‘No tienes alfombra, pero tus hijos corren y juegan mientras visten ropa de Lacoste’”.
Kelly McKenna en 12-Year-Shopholic.
Debido a que a Kelly no le importa no tener ahorros, han decidido cumplir cada capricho de Chase. La misma mujer dijo que la niña de 12 años “manipula con su dedo meñique” a su papá para conseguir la ropa que desea.
Ya han pasado 8 años desde esta confesión donde ellos expusieron sus problemas económicos. Hoy no se sabe si aún siguen haciendo esfuerzos para comprar ropa de diseñador o finamente quedaron en bancarrota debido a sus deudas.