El ex vocalista murió en julio pasado cuando tenía 41 años y ahora se supo que él hizo más antes de ahorcarse.
El mundo del rock quedó en shock al enterarse de la repentina muerte de uno de sus artistas más icónicos. El vocalista de la banda Linkin Park, Chester Bennington, fue encontrado ahorcado en su casa de California.
La información generó un gran impactó en sus fanáticos y sus compañeros de banda quedaron destrozados. Y ahora, con la autopsia, más tristes vamos a quedar al saber que no sólo habría estado en un profundo estado depresivo al morir.
El sitio TMZ reveló que Chester “tenía bajas cantidades de alcohol y éxtasis. La policía encontró un envase de Zolpidem (un sedante para problemas de sueño) junto a él, además de una botella vacía de cerveza y un vaso del mismo contenido medio lleno”.
Esto hace creer que el cantante sucumbió cuando se vio metido de nuevo en el consumo de drogas y se encontraba pasando por un estado de mucha ansiedad.
La policía además encontró restos de uñas debajo de su iPhone y de una mesa y, según su esposa Talinda Bennington, era su forma de dejar un rastro cuando estaba demasiado ansioso.
La viuda contó que su marido tenía un historial de intentos de suicidio previo y que uno ocurrió en 2006, cuando salió de casa con un arma y ebrio.
De acuerdo a la mujer, su marido estaba bajo un tratamiento ambulatorio para que pudiera controlar su drogadicción y que Chester le había dicho a unos amigos que llevaba seis meses de sobriedad.
Sin embargo, el cantante recayó en las drogas y eso lo llevó al suicidio.