Un enorme vacío de al menos 30 metros de largo fue encontrado al interior de la Gran Pirámide egipcia de Guiza (o la pirámide de Kéops), según indica una investigación publicada en noviembre de 2017 por la revista Nature. Esto la convierte en la primera estructura interna encontrada en aquella antigua construcción desde el siglo XIX.
Los científico se preguntaban cuál era la función de aquella estructura vacía, pero el experto italiano Giulio Magli -quien es profesor de Arqueoastronomía de la Universidad Politécnica de Milán- ha formulado una de las primeras hipótesis:
El gran vacío podría contener un trono de hierro de origen extraterrestre, que habría sido utilizado por el faraón antes de morir.
Magli afirma que el trono cumpliría la función de “transporte” hacia el más allá:
Hay una posible interpretación, que está en buen acuerdo con lo que sabemos sobre la religión funeraria egipcia, tal como se ve en los Textos de las Pirámides. En estos textos se dice que el faraón, antes de llegar a las estrellas del norte, tendrá que pasar las puertas del cielo y sentarse en su trono de hierro.
La habitación recién descubierta no tiene la función práctica de liberar peso, porque el techo de la galería ya estaba construido con una técnica de ménsulas por esa misma razón.
Si queremos hacernos una idea de cómo pudo haber sido aquel trono de hierro meteórico, basta con mirar al trono de la madre de Kéops, la Reina Hetepheres, que ha sido reconstruido por la Universidad de Harvard.
Los tronos podrían ser similares, pero los expertos aseguran que el de la Gran Pirámide estaría cubierto con finas láminas de hierro:
Por supuesto, no sería hierro derretido, sino hierro meteórico, es decir, caído del cielo en forma de meteoritos de hierro (distinguible debido al alto porcentaje de níquel) y nuevamente citado en los Textos.
Los egipcios ya habían usado este material para diseñar distintos artilugios, como la famosa daga de Tutankamón, que fue fabricada hace más de 3.300 años.
La Gran Pirámide de Guiza se terminó de construir alrededor del 2.579 a.C. y se encuentra a las afueras de El Cairo, la capital egipcia. Es la más antigua de las siete maravillas del mundo, y la única que se ha podido conservar hasta el día de hoy.