Las casas abandonadas son un mundo de curiosidad, porque al visitarlas, la imaginación se echa a volar y nos ponemos a pensar en todas las cosas que podrían haber sucedido allí.
Pero lo cierto es que el paso del tiempo no perdona y cuando las casa dejan de estar habitadas, se estropean considerablemente. Sin embargo la impresión que puede darnos una casa de estas características incrementa mucho más si además de abandonada contiene absolutamente todos los muebles de sus últimos inquilinos.
Muebles, fotografías, ropa, menaje de cocina, utensilios de baño y mucho más encontró un fotógrafo explorador en una casa rural abandonada en Canadá. Sin saberlo, esta casa se había convertido en una cápsula del tiempo.
Existían rumores acerca de una casa abandonada que se mantenía intacta, como si sus dueños simplemente hubiesen desaparecido de un día para otro.
Toda la decoración de la casa seguía intacta, aunque se notaba que los mapaches que viven por la zona habían estado merodeando en el interior.
Además de la clásica decoración del salón, en él se encontraron con una vieja guitarra conectado aún a un viejo aparato de sonido estéreo.
No faltaba ni el mantel, listo para quien quisiera servirse algo de comer.
La cocina también estaba en buen estado, pero el fregadero y el calentador estaban vacíos y recogidos.
Un reloj se había detenido en las dos y cuarto, como el tiempo dentro de esta casa.
La alacena estaba completa, los mapaches aún no la encontraban.
La zona de trabajo verificaba que los dueños se fueron pensando en regresar, porque estaba todo intacto.
Uno de los lugares más espeluznantes era un baño que se había convertido claramente en la habitación o vestidor de alguien. Cuando el fotógrafo de manera instintiva dio la luz, ésta se encendió, aún había luz.
La superficie del tocador estaba estropeada, pero posiblemente por consecuencia de los animales.
En el interior de los cajones todo permanecía intacto.
Detrás del espejo había muchos medicamentos y utensilios de primeros auxilios.
En la casa había varias fotografías familiares.
El fotógrafo se hizo una idea de las personas que ocuparon la vivienda al ver todas las habitaciones, sus adornos, libros y lo demás.
A pesar de los destrozos de los animales, se notaba que las habitaciones estaban ordenadas.
Eran aficionados a la música y también a la lectura, tenían una inmensa colección de libros.
En una de las habitaciones se encontró una máquina sumadora, lo que da una idea del trabajo de uno de los miembros de la familia.
Muchas de las obras eran de naturaleza espiritual y muchas guías de auto ayuda.
Parecía que toda la familia eran grandes lectores, porque había muchos libros en todas las habitaciones.
Y también amantes de la música, por el piano, la guitarra y el tocadiscos.
Estaba todo en su lugar, pero el fotógrafo no se atrevió a probarlo por miedo a romper algo.
Se aseguró de dejar todo como lo había encontrado.
Otro reloj parado por el tiempo.
¿Has estado en lugares así?