Todo lo consiguieron tras una serie de engaños y que les permitió sellar su amor.
Si hoy en día es complicado llevar una vida normal para las parejas del mismo sexo sin ser mal vistas o tener que escuchar comentarios mal intencionados, pero ¿cómo sería en el pasado?
Aún hoy se busca igualdad de condiciones en las sociedades que son muy cerradas mientras que en otras dan pasos cortos pero al menos los dan.
Y si la pareja es creyente de alguna religión las cosas se complican más aún. Y la lucha continúa para poder llevar una vida plena y sin prejuicios para muchas parejas en la actualidad.
En el pasado también lucharon. Así como cuando en 1901, Elisa y Marcela lograron sellar su amor con el matrimonio.
La pareja española compuesta por Marcela Gracia Ibeas y Elisa Sánchez Loriga se había conocido cuando ambas eran una adolescentes en Coruña. Sus familias nunca aprobaron su amor, por lo que hicieron de todo por separarlas momentos en que comenzaron sus estudios profesionales.
Sin embargo, el destino quiso que se volvieran a encontrar años después cuando fueron enviadas a trabajar como maestras a unos pueblos aledaños a 12 kilómetros de distancia uno del otro.
En ese tiempo, estuvieron viviendo en la clandestinidad por dos años durante las noches.
Elisa debía caminar esos kilómetros a diario para poder ver a su amada. Pero se cansaron de esa rutina . Elisa optó por cortarse su cabello y empezó a usar trajes y adoptó una nueva identidad como Mario.
Según contaba, tenía un padre ateo y pudo ser bautizada por la iglesia y luego se casó con Marcela el 8 de junio.
A los pocos días fueron descubiertas y fueron noticia de los diarios del momento con titulares como “Dos mujeres que se casan” o “España, país de locos”.
En 1902 arrancaron a Buenos Aires, Argentina donde Elisa se casó con un hombre mayor con el objeto de enviudar pronto y poder quedarse con la herencia. Así podría vivir con su amada Marcela. Sin embargo el hombre las descubrió y se pierde el rastro de ambas mujeres.