Nos encantan las amistades animales improbables, porque nos demuestran lo prejuiciosos que somos respecto a los comportamiento animales. Siempre que veo a un gatito mimando a un ave o a un perro consolando a un chita, mi corazón se infla diez veces su tamaño de puro amor. Especialmente porque estos casos de amistad interespecie es posible que se den cuando los animales son abandonados por su familia o mantenidos en aislamiento en un zoológico.
También hay casos de madres animales criando a bebés huérfanos de otras especies, o animales nerviosos y tímidos en recuperación que hacen amigos animales que los ayudan a superar sus traumas.
Muchas veces, esas amistades involucran a un perro y algún animal de otra especie. Y es que estos caninos, igual que sus parientes los lobos, son animales altamente sociables. Los perros conservaron y desarrollaron esta característica, mientras olvidaban en buena parte sus ansias depredadoras, lo que los convierte en animales altamente dóciles y adaptables.
Por ello no es sorprendente que uno de los héroes de esta historia sea un perro.
Este bebé elefante llamado Ellie fue abandonado por su manada y dejado a su suerte para morir. Los rescatistas le descubrieron una condición médica que pudieron solucionar a tiempo, pero sin la interacción necesaria el pobre se estaba deprimiendo.