El monito de la imagen fue encontrado en terrible condiciones. Su piel estaba grisácea, con poco pelaje y sobre una superficie con su propia orina.
Fue en 2015 cuando rescatistas del International Animal Rescue se encontraron una caja con un pequeño orangután en su interior.
Al principio pensaron que estaba muerto pero, en realidad, estaba tan enrollado en sí mismo que parecía momificado porque apenas se movía.
Su aspecto era muy triste, casi como esperando que llegara pronto la muerte para liberarse de su cautiverio.
“Parecía una momia en un ataúd de cartón”, señaló el grupo de IAR en la página web del organismo.
Sintieron mucho amor por el pequeño orangután que dio una señal apenas perceptible de querer recuperar las ganas por vivir.
Fue revisado y estaban sorprendidos que haya logrado sobrevivir en esas condiciones.
Entonces, empezó un largo proceso de recuperación debido a dolencias generadas por el abuso, desnutrición y sarna que padeció.
Pero, afortunadamente, el destino le tenía otra cosa escrito en su futuro. Hoy Gito tiene 3 años y parece otro.
Le creció el cabello, recuperó su color y está saludable. Juega en los árboles, come muy bien y se siente amado por quienes lo cuidan.
Gito pasa sus días en un área protegida exclusiva para orangutanes que fueron hallados en las mismas condiciones que él. Acá comparte con sus pares y está rodeado de la naturaleza. Está aprendiendo cosas nuevas cada día y eso es una buena señal.