Los adultos suelen pasar por momentos de ansiedad sin que lo noten conscientemente. Esto puede conllevar muchas reacciones en el cuerpo o manifestaciones emocionales que, en el momento que se presentan, no son reconocidas como tales. A veces las manifestaciones se intensifican y ahí se toma consciencia sobre la situación de ansiedad, otras veces esto ocurre cuando el episodio ha sido superado.
En los niños lo que ocurre es similar, pero para ellos resulta casi imposible identificar que lo que están atravesando es un problema de ansiedad. Es muy común que vivan estas etapas con angustia o miedos sin saber a qué atribuirlos y que las transiten dando señales de que están teniendo un problema que no saben resolver. Los adultos deben estar atentos a estas señales y saber reaccionar a ellas de la manera que los niños necesitan.
La ansiedad puede manifestarse a través de múltiples formas:
- Miedo a separarse de los padres
- Miedo a que les ocurra algún daño a sus padres o a sí mismos
- Miedo a la oscuridad, a los animales, desastres naturales como tormentas o inundaciones
- Miedo a asistir a la escuela
- Quejas constantes de dolor de cabeza o panza
- En los adolescentes la ansiedad puede manifestarse como una preocupación exagerada por su desempeño en un baile o un deporte o por su apariencia y su imagen en general.
Frases que los niños pueden usar para decir que están ansiosos:
- “¿Que pasa conmigo?”: Los niños ansiosos expresan esta duda con llamativa frecuencia.
- “Estoy cansado”: La ansiedad puede implicar reflexiones constantes y agotar las energías del niño.
- “¿No podemos quedarnos en casa?”: Si t hijo prefiere quedarse en ambientes familiares en vez de vivir nuevas experiencias por más divertidas que resulten es probable que esté sufriendo un momento de ansiedad.
- “No me dejes”: La ansiedad por separación es una de las más frecuentes en los niños pequeños y suele volverse evidente cuando los niños no quieren despegarse por sus padres.
- “¿Puedes encender la luz del pasillo?”: El miedo a la oscuridad es algo habitual pero a veces puede transformarse en miedo asentirse abrumado por pesadillas.
Para resolver estos problemas de ansiedad el papel de los padres es preponderante. Ellos ejercen un efecto de modelado sobre los hijos que puede influir en la perpetuación o resolución del problema de ansiedad. El diálogo con los hijos es clave y pueden recurrir a ciertas frases para transmitir tranquilidad y seguridad:
- “Aquí estoy, estás a salvo”: Esta frase a un brazo servirán a refugio al niño.
- “Yo también pasé por eso”: A través de esta frase los niños comprenderán que lo que están atravesando no es nada grave ni extraño.
- “A veces las preocupaciones pueden ser buena”: Esto ayudará a que el niño acepte su estado de ansiedad y pueda resolverlo sin intentar negarlo u ocultarlo.
Si detectas estas manifestaciones en tus hijos, usa estas técnicas para transmitirles paz y seguridad y acompáñalos mientras resuelven su etapa de ansiedad.