Sentirte preocupado por ciertas cosas de tu vida, es normal, a todos nos pasa. Pero cuando eso se vuelve un poco más serio y comienza a afectar tu salud mental y física, entonces debemos tomar otras medidas y solucionarlo para no llegar más lejos.
La ansiedad es un sentimiento de intranquilidad, nerviosismo y preocupación extrema por un evento o decisión que debe ser tomada. Ocurre generalmente ante alguna situación de estrés, como un examen, un viaje, o una operación.
Pero lo primordial es percatarse cuándo esta ansiedad es algo que está afectando más de la cuenta tu vida y se está convirtiendo en una amenaza.
Si notas algunas de estas cuatro situaciones, entonces debes acudir inmediatamente al médico para solucionar tu problema:
Preocuparse constante y consistentemente
Si sientes preocupación por cosas que forman parte de tu día a día o situaciones que no son probables que sucedan.
Tener síntomas físicos cuando te preocupas
Si cada vez que te preocupas por algo sientes además náuseas, dolores de cabeza, mareos, dificultad para respirar, latidos irregulares, presión alta, dificultad para dormir o vas más frecuentemente al baño.
Si te sientes nervioso, tenso, con sensación de temor o esperando lo peor, sentir que el mundo paso muy rápido o lento, sentirte observado, tener la mente llena de pensamientos, recordar experiencias negativas o repetir una situación en tu mente una y otra vez, estar inquieto o incapaz de concentrarte.
Experimentar ataques de pánico
Estos ataques aparecen de repente y se caracterizan por una precipitación de intensa ansiedad y síntomas físicos.
Si ya te ocurrieron estas situaciones, entonces visita a un médico para buscar ayuda.