El año 2010 en Argentina se legalizó el matrimonio entre personas del mismo sexo y cientos de parejas homosexuales pudieron cumplir su sueño y ser reconocidos ante la ley.
Adrián Urrutia y Fabio Bringas contrajeron matrimonio en la ciudad de Neuquén, en Argentina, pero además de eso, la modificación del código civil, también les permitió adoptar hijos, con los mismo requisitos que ya existían para los matrimonios heterosexuales. Entonces quisieron formar una familia.
Luego de cinco años de matrimonio, comenzaron el proceso de adopción, pero a pesar de ser legal este proceso en parejas homoparentales, muchos centro cerraron sus puertas. Pasaron muchos meses y nadie respondía sus correos o solicitudes.
Pero un día alguien les contó sobre los tres hermanos adolescentes que vivían en un hogar para niños en la provincia de Luján, en Buenos Aires. Diego (12), Mariana (14) y Cynthia (16), fueron abandonados cuando pequeños y nunca habían forma parte de una familia.
Al principio la pareja sintió mucho miedo, pero sí tenían ganas de formar una familia, por lo que no lo pensaron más y fueron al hogar en donde estaban los niños. Mariana y Cynthia los estaban esperando, sin embargo Diego no se encontraba cerca.
Diego no quería conocerlos, entonces la reunión solo se llevó a cabo entre los cuatro.
“Estábamos conmocionados porque nos contaron que ellos (los chicos) ya sabían que estaba la posibilidad de ser adoptados por dos papás de Neuquén. Nos preguntaron si no teníamos problema en conocerlos. En realidad, conocerlas porque Cynthia y Mariana estaban de acuerdo y habían estado hablando con la trabajadora social sobre la posibilidad de vincularse. Nuestro hijo, Diego, dijo ‘yo paso, yo no quiero’. Nos juntamos los cuatro, con las nenas. Recuerdo cuando íbamos entrando a la oficina: los pasillos se hacían eternos. Nos vimos, nos dijimos dos palabras, nos abrazamos y nos largamos a llorar los 6, la directora, y la trabajadora social, también”.
“Ellos, toda la vida, soñaron con tener una familia y a nosotros nos cambiaron la vida por completo. Vos querés ser papá, de ese acto sale lo maravilloso de adoptar un niño, y que ese niño te adopte a vos y ahí te quedás sin palabras”.
Actualmente 34 países aprueban la adopción homoparental, pero el resto de ellos ni siquiera debate sobre le tema. Lamentablemente las leyes se relacionan mucho con la religión que se imparte en cada país y es por esto que muchos creen que los homosexuales no están facultados para adoptar o criar.
Aunque en los países en donde se está legislando sobre el tema, también hay marchas en repudio a la adopción homoparental y uno de sus mayores argumentos es que un hijo de una persona homosexual tendría mayores probabilidades de ser homosexual en un futuro, lo que no tiene ningún sustento científico.
“Nuestros niños y niñas necesitan crecer con una figura paterna y materna, con principios y valores suficientes que les ayude a tener un desarrollo integral de la sociedad”
Lamentablemente en Chile son cada vez más los casos de niños abusados y vulnerados en los centros estatales que deberían dedicarse a cuidar de niños abandonados por sus padres. Esto ha provocado que personas que antes se manifestaban en contra de la adopción homoparental, hoy afirmen que lo único importante para la crianza de un hijo es el amor y la protección, independiente de la orientación sexual.
“Desde 1989 existen estudios sobre las capacidades parentales de gays y lesbianas, que señalan que tenemos las mismas capacidades de crear apegos seguros, ejercer autoridad y entregar amor que las familias heterosexuales. Lo mismo ha señalado la Asociación Americana de Psicología, la Academia de Pediatría de Estados Unidos y el Colegio de Psicólogos de Chile. En el mismo sentido se manifestó la Corte Interamericana de Derechos Humanos en el Fallo Atala, señalando que el interés superior de niños y niñas no puede basarse en prejuicios o estereotipos sobre la orientación sexual de sus padres o madres”
– Carta de Fundación Iguales que busca incentivar al gobierno chileno a legislar sobre el tema