Seb Morris, de 14 años, se quitó la vida por no poder soportar la muerte de su perro. Claire, la madre del niño, no se percató que su hijo estaba tan afectado.
“Mi hijo parecía estar bien”.
Cuando una mascota se muere, toda la familia se ve afectada, en especial los niños y Seb Morris sintió mucha pena cuando su perro Tilly falleció.
Pasó una semana de la muerte de Tilly y entonces Seb se quitó la vida. Su madre encontró al chico ahorcado en la puerta de su habitación y se culpa a sí misma por no haber visto ninguna señal para poder evitar esta tragedia.
“Mi muchacho parecía estar bien”
Sus amigos y profesores también estaban asombrados por la decisión del chico, ya que no lo habían visto tan afectado.
“Era popular y tenía muchísimos amigos. Era inteligente y tenía un gran futuro por delante”.
Es importante que las familias sepan cómo afrontar la muerte de una mascota, en especial si hay niños presentes. Esta situación se percibe, muchas veces, como si fuera la muerte de un familiar humano y genera confusión, culpabilidad y temor en los niños.
Los adultos no deben impedir que los niños lloren o demuestren su tristeza por la muerte de su mascota. Una buena estrategia de poder ayudar a los pequeños es mostrarse abierto en estas situaciones, haciéndoles saber que ellos también sienten pena.
Hacer una pequeña ceremonia fúnebre también puede ayudar a superar la situación. Pero por sobre todo escuchar y atender los cambios en el comportamiento de los niños es lo más importante para saber cómo se sienten.