Previo a su desaparición, el telescopio espacial Kepler logró captar unas espectaculares imágenes de una supernova que se encuentra a unos 1300 millones de años luz de nuestra Tierra.
Gracias a la labor del telescopio Espacial Kepler, logró un hito único en nuestra historia al lograr sobrevivir más años de lo estipulado. Pudo enfrentar y superar por nueve años todo tipo de fallas mecánicas además de los rayos cósmicos.
Su nombre se debe en honor al astrónomo y matemático Johannes Kepler (1571-1630). Este observatorio espacial pudo explorar el espacio siendo parte del programa Discovery de la NASA. Su misión fue rastrear planetas extrasolares y localizó 2740. Más de 100 ya han sido confirmados en unos setenta sistemas estelares.
Y justamente fue uno de sus últimos trabajos el grabar la muerte de una estrella. Las imágenes son espectaculares. Se puede observar a una supernova que se encuentra a 1300 millones de años luz de la Tierra y que hace millones de años explotó dejando su rastro para que los sistemas de observación terrestres lo pudieran captar en 2012.
La estrella anaranjada primero se ve que se expande en una corona de luz rojiza como si se tratara de una gigantesca aurora boreal. Su núcleo adquiere brillo y va aumentando en intensidad. De un color dorado pasa a un blanco radiante. Luego eclosiona y lanza una explosión primero blanca que toma tonos blancos y azules, como si fuera una explosión nuclear.
Es increíble poder ser testigos visuales de este evento astronómico. Lo que los técnicos especialistas si pudieron observar, y que los sorprendió, es que esta explosión se produjo diez veces más rápido que el colapso de una supernova común. Esto arroja una nueva arista acerca de cómo se forma la materia y se expande nuestro Universo.
De acuerdo al investigador de la Universidad Nacional de Australia, Brad Tucker, “cuando vi por primera vez los datos que arrojó Kepler, me di cuenta de lo poco que había durado el evento. Quedé boquiabierto”.
Los datos han sido analizados a través de un software especial que permite rastrear y entender este tipo de explosiones cósmicas. Sus creadores son los astrónomos Ed Shaya y Robert Olling de la Universidad de Maryland.
El Kepler ha sido una pieza fundamental para lograr grandes avances en la exploración espacial. Según Jessi Dotson, científica del proyecto en el Centro de Investigación Ames en Silicon Valley, “Fue diseñado para hacer algo específico y muy bien: buscar y encontrar planetas alrededor de otras estrellas. Por eso debe entregar datos de alta precisión de forma continua. Esto ha sido valioso para otras áreas de la astronomía también”.