Un hombre se hallaba plantando papas en el jardín de su casa en Luzino (Omsk, Siberia), cuando de pronto descubrió algo terrible: el cráneo de una persona. Consternado por el hallazgo, le cuenta a su esposa lo que había encontrado. Pero la respuesta de ella es aún más aterradora: “no te preocupes, es mi primer esposo”.
Pero lo que hizo al momento siguiente fue la gota que rebalsó el vaso: le pidió que volviera a enterrar los restos que había encontrado.
La mujer de 60 años no sólo le confesó a su esposo que había asesinado a su primer marido con un hacha, sino que también le pidió que enterrara los restos, se olvidara de ello y no le dijera a la policía.
La mujer decidió acabar con la vida de su primer esposo luego de que éste llegara borracho un día y la golpeara brutalmente.
El incidente comenzó como una discusión, que luego terminó en la mujer golpeando a su esposo y descuartizándolo. Luego, enterró al hombre de 52 años en su propio jardín.
Por dos décadas logró esconder el crimen, pretendiendo que su esposo había salido a trabajar y no había vuelto.
Su esposo actual no pudo soportarlo y decidió contarle todo a la policía, y su esposa decidió cooperar con las autoridades e incluso recreó la escena para los investigadores.