Este hombre es un santo. Se llama Dobri Dobrev y está a punto de cumplir 100 años de vida. Estuvo en la Segunda Guerra Mundial donde perdió la audición en un 90% y tiene cerca de una década caminando 25 kilómetros a diario para llegar a Sofía, la capital de Bulgaria, para pedir dinero.
Pero no lo hace para él. Vive relativamente tranquilo con su pensión de 80 euros. Su historia te llegará al corazón.
Dobri no se queda con nada. Todo lo dona y él es feliz haciéndolo.
La gente lo llama “El Santo de Baylovo”, que es el nombre del pueblo donde vive. Y ya está a punto de cumplir los 100 años.
Y en su comunidad lo quieren y respetan mucho. Le dicen que es el “abuelo Dobri” y representa la bondad hecha persona. Su desinterés y ayuda es sorprendente.
Sin duda, es un ejemplo a seguir. Todo lo que hace es ayudar al más necesitado, considerando que él tampoco tiene mucho, pero no le importa. Todo sea por los niños del futuro.
