Cuando las ciudades están colapsadas, la población crece desmedidamente y los inmigrantes aumentan cada año, hay personas que no logran optar a un hogar con las condiciones mínimas de vida.
En Corea del Sur existen los llamados “Goshiwon” o “Goshitel”, es decir, “viviendas habitáculo”, a las cuales podríamos aspirar la mayoría de nosotros. Se trata de un espacio de 4 m2 con cocina y baño compartido, a un precio mucho más económico que una casa o un departamento.
Luego de ver estas imágenes no cabe duda de que tu perspectiva sobre lo que es vivir en condiciones asfixiantes cambiará.
El fotógrafo Sim Kyu-dong se mudó a Seúl por motivos de trabajo y vivió 5 años en un lugar así en Seúl, documentando su estilo de vida a través de estas imágenes.
Este tipo de viviendas son frecuentes en la desarrollada capital de Corea del Sur, un lugar que nos parece altamente moderno y lujoso, pero que esconde una realidad impactante. Miles de personas se ven obligados a vivir en espacios de 3 a 4 metros cuadrados, ya que es lo único que logran permitirse.
El origen de estos inhóspitos habitáculos se remonta hace 50 años atrás, cuando los estudiantes se encerraban en estos espacios para poder concentrarse y sacar las mejores notas posibles en sus “goshi”, los exámenes más exigentes del país.
De ahí proviene el nombre “goshiwon”, el cual derivó más tarde a “goshitel” (“Goshi” + “hotel”), otras estancias un poco más grandes, de unos 5 metros cuadrados.
Sim debió alquilar un “goshi” porque era barato, además no había necesidad de fianza ni de tarifas de mantenimiento. Estos habitáculos son perfectos para estudiantes y trabajadores que no pueden permitirse una vivienda más grande.
El baño y la cocina son compartidos, pero no son especialmente grandes.
El precio de las habitaciones varía entre 170 y 340 euros mensuales, dependiendo de la zona. Cuentan con una cama, un escritorio y un pequeño armario, donde guardar las cosas personales.
La calidad de vida en estos lugares deja bastante que desear, incluso con las necesidades más básicas cubiertas. Según las estadísticas, existe un alto porcentaje de depresión y ansiedad entre los que viven en este tipo de habitaciones.
El propio Sim sufre de estos males psicológicos desde entonces.
La vida en estos lugares tan pequeños es una realidad bastante impresionante, algo que nos hace apreciar mucho más el espacio en el que vivimos porque siempre puede haber algo peor.