No por nada los perros se han ganado el título de mejores amigos del hombre: siempre se encuentran dispuestos a proteger a sus humanos y a jugar con ellos, y su amor es realmente incondicional. Pero en algunas ocasiones algún cambio drástico en el físico de una persona puede llegar a confundirles.
Así le sucedió a Shane Godfrey y a su perro Willie, a quien adoptó en 2017 luego de encontrarlo abandonado.
La salud de Shane no andaba muy bien: tuvo una gripe que no se le curó con nada así que decidió ir al hospital a hacerse un chequeo médico y terminó pasando las próximas 5 semanas internado.
Lo que Shane pensaba que era un resfrío, en realidad era una neumonía mezclada con encefalitis, sepsis e insuficiencia renal.
Luego de cinco semanas de estar internado, estaba listo para volver a casa. Pero estaba irreconocible: la enfermedad lo había hecho perder 23 kilos.
Sabía que a la gente le costaría reconocerle por su abrupto cambio de aspecto, pero jamás pensó que el mismo Willie sería uno de ellos.
Esperó en una banca su llegada. Cuando le vio, comenzó a llamarlo, pero el animal en lugar de mostrarse feliz por verlo nuevamente, le comenzó a ladrar con furia y sin reconocerlo en absoluto.
Shane inmediatamente se sintió decepcionado y triste: su amigo fiel temía acercarse a él porque lo tomaba por un extraño.