La negociación de China y Argentina lograría que en vez de producir 6/7 millones de cerdos a producir unos 100 millones al año. El agronegocio y los políticos celebran, pero esto podría ser un desastre similar a la incorporación de la soja transgénica en un campo de experimento donde se arroja 1400% más de venenos que hace 25 años.
La instalación de granjas de cerdos en Argentina podría hacer que pronto nos enfrentemos a nuevas pandemias.
Julio del 2020
La pandemia que hoy nos aqueja tiene su origen en el hacinamiento de animales para su cría industrial y su venta, desintegrando ecosistemas y acercando especies.
En granjas industriales a los animales se les aplica antibióticos y antivirales para que engorden y estén libres de enfermedades, pero así se convierten en un caldo de bacterias y virus resistentes ya que cuando un microorganismo muta puede provocar nuevas infecciones y a raíz de esto se debe apelar al confinamiento o a la matanza de miles de animales.
Hace dos años China sufrió de un brote de Gripe Porcina Africana (PPA). Este virus -G4 EA H1N1- que es contagiosa y afecta a los cerdos. para evitar que estos e propagara se sacrificaron entre 180 y 250 millones de cerdos quemándolos o enterrándolos vivos, lo que hizo que la producción disminuyera en un 20 a 50%.
La revista científica PNAS publicó sobre el potencial pandémico actual de la Peste Porcina, y su peligrosidad fue advertida también por la Organización Mundial de la Salud: el G4 EA H1N1 ya que este podría mutar e infectar humanos.
Erradicar la peste porcina y garantizar el consumo de esta carne es una de las preocupaciones de China por lo que el país autorizó a sus empresas para invertir en otros lugares del planeta y aumentar las importaciones de cerdo en un 75%, según lo que se estima.
El 6 de julio pasado la cancillería argentina difundió la comunicación entre el Ministro de Relaciones Exteriores y Culto, Felipe Solá, y el ministro de Comercio de la República Popular China, ZhongShan para lograr una asociación estratégica entre los países y producir más carne de cerdo en una “inversión mixta entre las empresas chinas y las argentinas” para “producir 9 millones de toneladas de carne porcina de alta calidad”, lo que “le daría a China absoluta seguridad de abastecimiento durante muchos años”.
Los 9 millones de toneladas representan 14 veces lo que Argentina produjo en todo el país el 2019.
Argentina así se convertiría en una factoría de cerdos para China con un modelo agroindustrial cruel e insustentable que genera contaminación local y puede incubar virus contagios generando nuevas pandemias.
El riesgo para la salud es innegable, pero puede desatenderse como en 1996 con la soja transgénica como cuando Felipe Solá era Secretario de Agricultura, Ganadería y Pesca y aprobó la introducción de esas semillas que solo crecen en combinación con un paquete de venenos aumentando el uso de agrotóxicos en un 1400 % en casi 25 años de agronegocio transgénico. Esta soja es el 60% de la tierra cultivada en el país transandino, lo que implica ser uno de los 10 países con más deforestación. Este producto se importa a china para alimentar cerdos.
Este acuerdo con China deja a Argentina muy lejos de su soberanía alimentaria. Así la industria local y la producción de alimentos sanos se margina. Las granjas además demandaran una gran cantidad de soja lo que tendrá consecuencias sociosanitarias y ambientales.
Hoy es tiempo de redistribuir de manera justa la tierra, la riqueza y los medios de producción con un modelo sano, solidario, soberano y agroecólogico.