La principal característica de la diabetes es la alta concentración de glucosa en la sangre de una manera constante o crónica, la que puede producirse por un defecto en la producción de insulina, por una producción de glucosa demasiado alta, por el excesivo consumo de glucosa o por una mezcla de todas estas.
De hecho, es una enfermedad bastante molesta e incluso temible, ya que hasta hoy no tiene cura, solo tratamientos.
Este padecimiento puede producir pérdida de la visión hasta llegar a ceguera total; daño en los riñones, necesitando diálisis y transplante; compromiso de los vasos sanguíneos, que puede significar la pérdida de las extremidades inferiores; compromiso del corazón; y la afección del sistema nerviosos periférico y autónomo.
Sus principales síntomas son:
- Excesiva emisión de orina
- Aumento anormal de la necesidad de comer
- Aumento de la sed
- Pérdida de sed sin razón aparente
La diabetes se ha convertido en una enfermedad de importancia global, no solo por el daño que ha provocado en los pacientes, sino que también por la carga que significa para los sistemas de salud de cada país, en donde ya cerca de 420 millones de personas en el mundo la padecen.
Afortunadamente la ciencia no ha dejado de avanzar y buscar soluciones a enfermedades como esta. De hecho, los científicos de St. Louis, Missouri, Estados Unidos, pudieron curar con éxito, por primera vez, la diabetes en ratones, lo que se ha logrado gracias al uso de células madres, utilizadas por los científicos de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington.
Las células madres modificadas permitieron producir rápidamente insulina, la cual descompuso el nivel alto de azúcar en la sangre, volviendo el nivel de glucosa a un nivel saludable en solo dos meses en los ratones.
El estudio fue publicado en la revista Biotechnology, en donde además señalan que lograron curar funcionalmente la enfermedad durante al menos nueve meses, y hasta, por un año.
“Estos ratones tenían diabetes muy severa con lecturas de azúcar en la sangre de más de 500 miligramos por decilitro de niveles sanguíneos que podrían ser fatales para una persona, y cuando le dimos a los ratones las células secretoras de insulina, en dos semanas sus niveles de glucosa en sangre volvieron a la normalidad y se mantuvieron así durante muchos meses“.
Dr. Jeffrey R. Millman, investigador principal del estudio
El siguiente paso es probarlo en animales más grandes y por períodos de tiempo más largos. Aunque aún está lejos de ser utilizada en humanos, da muchas esperanzas ante una enfermedad que hasta hace unos años atrás era considerada incurable.