El derretimiento de los polos ya es un hecho que hay que aceptar y afrontar. Actualmente existe una enorme masa de hielo de 5.000 kilómetros cuadrados de superficie que está a punto de desprenderse de la Antártida y quedará flotando a la deriva.
Según los especialistas del proyecto MIDAS, se trata de una enorme grita en el hielo de la Plataforma Larsen C, la cual se agrandó progresivamente, hasta ampliarse a 17 kilómetros en solo una semana.
Solo faltan 13 kilómetros para que la grieta llegue al punto de ruptura y cuando eso suceda, un gran trozo de la Antártida se desprenderá para siempre y se convertirá en un enorme iceberg en el mar.
Una de las preocupaciones de los expertos, es que si esta masa de hielo se separa, posiblemente ocasionaría un “efecto dominó”, provocando que otras masas de hielo se desprendan. Esto fue lo que ocurrió en el año 2002, cuando la plataforma Larsen B se desintegró casi completamente.
Otro de los efectos negativos del desprendimiento sería que los glaciares acelerarían su movimiento hacia el mar, impacto el nivel de las aguas, es decir, el mar podría subir rápida y peligrosamente, inundando las costas del mundo.
La evolución de esta y otras grietas de la Antártida es un tema que los científicos están siguiendo desde hace un buen tiempo, pero nada pueden hacer sin el compromiso de los mandatarios, quienes son los que toman las decisiones importantes con respecto al cambio climático.