Esta gatita callejera de Corea del Sur no tenía nada particular, pero su historia demostró que el amor de madres es incondicional y no es solo algo que se ve en los humanos.
Dongsuk recibía alimento constantemente de una señora muy amable que alimentaba a todos los animales sin hogar del barrio, pero esta gatita no la recibía en un plato, sino que esperaba a que ella se lo diera en una bolsa. Entonces la tomaba con su hocico y la llevaba hacia otro lugar.
Pero la señora no entendía muy bien qué hacía con la comida que le entregaba, así que un día decidió seguirla y descubrir la verdad.
La gatita había tenido cinco cachorros, pero solo uno había podido sobrevivir, por eso su madre se preocupaba inmensamente por al cría que le quedaba.
Afortunadamente una familia de buen corazón, adoptó a esta gata junto a su cría y hoy viven en un lugar mucho mejor, donde la comida jamás les faltará.
Dongsuk ya no tiene que recorrer la ciudad con una bolsa de comida, ahora solo debe amarlo y disfrutar de su nueva vida.