El niño no podía cerrar la boca, pero hoy luce completamente cambiado.
Evan Hill vive en Christchurch, Nueva Zelanda. Hace 5 años, su vida era un calvario permanente. Sus compañeros de escuela se la pasaban molestándolo por su dientes. Le decían “conejo” por sus grandes paletas.
Sus dientes eran tan grandes que, incluso, le costaba cerrar bien la boca. El problema era que sus padres no tenían los recursos económicos para poder hacerle una intervención dental. Su madre llegó a pensar en hipotecar la casa para poder pagar el costoso tratamiento.
Su historia se hizo pública y conmovió a muchos que decidieron ayudarlo de alguna forma.
Por esto mismo es que miles de personas respondieron a su deseo y le donaron dinero para que Evan tuviera unos dientes nuevos.
El tratamiento costó cerca de 1o0 mil dólares y gracias a lo recaudado pudo cubrir todos los gastos. Ahora, después de 5 años, Evan ya no tiene los frenillos y se sintió feliz con el resultado.
Gracias a todas esas personas, su vida cambió para mucho mejor.