La recomendación de los veterinarios es que las perritas tengan descendencia tres veces cada nueve años, sin embargo aquellos que lucran con la venta de cachorros de raza no respetan estas condiciones y se aprovechan de los animales, convirtiéndolas en máquinas reproductores.
Las perras que solo son utilizadas para abastecer el bolsillo de su dueño sufren de anemia, osteoporosis, pérdida de dientes e incluso alteraciones renales y hepáticas. Además son forzadas a ser inseminadas a través de aparatos especiales que facilitan la concepción, en donde se encadena al macho y a la hembra.
Las organizaciones que se dedican a rescatar a este tipo de animales, los que están insertos en el comercio de raza, descubrieron que las perras que ya no están aptas para reproducir porque tienen alguna enfermedad, son desechadas y botadas a la calle.
“Los veterinarios hemos detectado que las perras sobreexplotadas en la crianza tienen cachorros que padecen un tipo de sarna llamada demodécica, que les transmite la madre al poco tiempo de su nacimiento y que tiene consecuencias como la alopecia”.
– Enrique Zaldívar, veterinario
La fiscalización de esta práctica es completamente imposible en recintos privados, a pesar de que existen leyes que prohiben o regulan este tipo de actividad económica en varios lugares del mundo. Los dueños de los cachorros se preocupan de hacer la venta de forma anónima para no permitir el origen de denuncias que los perjudiquen.
“No existen entidades públicas que puedan hacerse cargo de los animales incautados, por lo que debemos recurrir a los mismos denunciantes o a agrupaciones animalistas que puedan hacerse cargo de los animales mientras termina el proceso judicial y así poder ser reubicados. Es sumamente complicado disponer del animal porque no existe un lugar establecido en donde puedan hacerse cargo de ellos. Las fiscalías y la misma PDI no dispone de los recursos, ni cuentan con las infraestructuras para mantener a los animales. Generalmente debemos recurrir a ONGS o a grupos animalistas”.
“Como PDI tratamos de llegar siempre hasta la disposición final, a pesar de que es anexo siempre intentamos que el animal logre salir del ambiente en donde está siendo maltrato o vulnerado”.
– Patricia Baracatt, comisario de la Brigada de Delitos Medio Ambientales y Contra el Patrimonio Cultural (Bidema) de la Policía de Investigaciones (PDI) en Chile
Una de los principales problemas para intervenir en el curso del maltrato animal al interior de criaderos es la inexistencia de instituciones u organizaciones estatales que permitan acoger a los animales rescatados.
Por su parte, en Chile existe una nueva normativa que regula el tratamiento que reciben los animales de criadero, que estipula que los dueños deben inscribir los recintos y asegurarse de que los animales vivan en buenas condiciones.
La mayoría de las denuncias que ha recibido la PDI son por parte de los mismos clientes del criadero, quienes adquieren un cachorro y luego muere súbitamente, sin una razón aparente.
Cuando se recibe una acusación de presunto maltrato animal, el personal de Investigaciones debe ir al lugar de los hechos y realizar una inspección veterinario a los animales. Pero a pesar de que las condiciones del lugar no sean adecuadas o aptas para la vida de una animal, son los exámenes clínicos los que determinarán alguna enfermedad o trastorno asociado.
Si se constata el maltrato, entonces se procede a la detención de los dueños o las personas a cargo del lugar, para luego incautar a los animales y trasladarlos hasta un lugar seguro por el tiempo que dure el proceso legal.
Según la ley chilena, este tipo de delitos se asocia a una pena que va desde los 61 días hasta los 3 años de cárcel o un multa de hasta 2.300 dólares. Ahora si la conducta se reitera y se sigue con las malas condiciones de vida de los animales, entonces el tribunal puede prohibir la tenencia y imposibilitar a la persona de participar en actividades que involucren el contacto con animales.
“Si el animal sufre de agresiones de mayor gravedad o incluso mueren, el tribunal puede decretar la prohibición de tenencia de animales al culpable”.
– Patricia Baracatt
Los malos tratos e indignas condiciones de vida de los animales de criadero siguen siendo un tema de debate nacional, ya que involucra además la poca consciencia que se tiene sobre la importancia de adoptar por sobre comprar y la sobrepoblación de animales callejeros que existen tanto en Chile como en toda América Latina.