4 años una pareja gay hizo trámites interminables en Baja California, México mientras veían como otras parejas lograban adoptar en no más de 9 meses. Hoy por fin tienen la familia que soñaron.
Santiago, un niño de 4 años, al fin puede estar con sus padres, una pareja gay que dio una dura batalla para poder darle un hogar a este pequeño.
Fernando Urías y Víctor Aguirre fue el primer matrimonio de dos personas de un mismo sexo en Baja California. Ellos comenzaron el año 2017 a hacer los trámites necesarios para adoptar a un niño, según informa Milenio
“Pasaron más de 9 meses. El asunto es que nos tenían atorados en las pláticas psicológicas, pues de las 12 (pruebas) que normalmente se le hacen a un pareja ‘normal‘, a nosotros nos hicieron hacer 36 terapias, por lo que desde ahí empezó a prolongarse el proceso“, dijo Aguirre en conversación Milenio.
Uno de los padres del niño dice que no hay voluntad del gobierno por dejar que parejas gay adopten, pero ellos no abandonarían la lucha para formar su familia soñada, aunque esto les significó un gran desgaste psicológico.
“Aprobamos los exámenes y nos lo volvían hacer y volvíamos aguantar y entonces esto se volvió muy desgastante, por momentos soltábamos la toalla, porque ya era demasiado tiempo“, afirmó Urías.
“Los familiares nos apoyaron desde un principio, por lo que nunca dejaban de preguntarnos cuándo iba a llegar nuestro hijo o hija a nuestra casa, por lo que con tristeza y un nudo en la garganta, les contestábamos que no sabíamos; que no sabíamos si nuestro sueño se iba hacer realidad“, confesó Fernando.
Tanto querían lograr la adopción de un niño, que mientras vivían el proceso, decoraban su casa y la habitación de su añorado hijo, pero cada vez pasaba más y más tiempo y no sabían si lograrían lo anhelado.
En dicho documento exponían que ellos cumplían con los requisitos para adoptar y que no entendían la tardanza en aquello. El pasado 30 de marzo al fin conocieron a su hijo y la larga espera finalizó.
“A nuestro hijo nos lo asignaron, pero nunca nos lo dijeron, no, nos lo comunicaron y quedó atorado dos años. Eso para nosotros generó una molestia al saber que tu hijo desde hace dos años prácticamente te lo liberaron“, dijeron los padres.
Ahora sólo se dedican a estar felices y agradecidos a pesar de todo. “Santiago llegó a esta casa como si la conociera, como si nos conociera de años, él necesitaba amor, y aquí estamos. Ya tenía su recámara desde hace mucho tiempo, lista, esperándolo“, expresó Urías.