En Essex, Montana (EE.UU.) se encuentra este maravilloso vagón de tren, que ahora forma parte del hotel Izaak Walton, construido en 1939 en el corazón del Parque Nacional de los Glaciares. Se trata de un hotel pensado principalmente para los turistas y los trabajadores ferroviarios de Essex, que cuenta con 29 habitaciones, 10 baños, vestíbulo, comedor y cocina.
Durante la Segunda Guerra Mundial, el tren que pasaba por allí, solo paraba en Essex para restablecer sus calderas de carbón. En una de esas paradas, el vagón que podemos ver actualmente se soltó y quedó abandonado en las inmediaciones del hotel, poco después del ataque de los japoneses contra Pearl Harbor en 1941.
El vagón fue preservado y remodelado completamente por el hotel, convirtiéndose en su elemento estrella para atraer turistas. Es un vagón de lujo que contiene capacidad para seis personas, completamente equipado con todas las comodidades de tal forma que, si estuviésemos en su interior, no seríamos capaces de apreciar que realmente nos encontramos en un viejo vagón de tren de la Segunda Guerra Mundial.
Este coche de la compañía Great Northern Railway, modelo X215, se ha convertido en el elemento estrella del hotel.
En su interior podemos ver un espacio moderno con capacidad para 6 personas.
Con un peso de más de 27 toneladas, el vagón tuvo que ser movido de su emplazamiento original por una grúa para colocarlo cerca del edificio principal del hotel.
“Vienen un montón de aficionados del mundo ferroviario que se vuelven locos por los trenes”.
-Directora del hotel Izaak Walton Inn, Elise Wright
Pero este fantástico vagón no es la única razón por la que los amantes de los trenes se sienten atraídos por el hotel, ya que en sus instalaciones hay otros coches bellamente restaurados, como esta locomotora de Great Northern, modelo 411.
Este coche representa a los motores diesel que alguna vez pasaban cerca de Izaak Walton Inn.
Los acabados del vagón son esencialmente de estilo rústico. Las paredes de abedul contrastan perfectamente con el suelo de roble rescatado, de más de 400 años de antigüedad.
El coche más grande tiene capacidad para dos parejas o una familia pequeña. La cocina es el lugar ideal para preparar unas truchas recién pescadas.
La locomotora también conserva algunas de sus partes originales.
“A los niños les encantan los vagones de tren”
El hotel también cuenta con otros coches completamente reconvertidos en pequeños hogares.
Actualmente siguen parando trenes en Essex, pero solo cuando hay algún pasajero que lo espere.
Aunque nunca llegó a convertirse en la tercera parada del Parque Nacional de los Glaciares, esta fue adquiriendo bastante importancia con el tiempo, ya que muchos trenes de carga hacen uso de ella para impulsar sus pesadas mercancías por el Paso de Marías.