Lamentablemente se ha vuelto una costumbre leer noticias sobre “códigos de vestimenta escolar” que son violados o que no se acatan a la norma, en donde generalmente son solo las niñas quienes son condenadas por ver la situación de una manera que no corresponde.
Según UNICEF un niño es considerado como tal hasta que termina la etapa de preadolescencia, es decir, hasta los 12 años e incluso hasta la adolescencia, llegando hasta los 18 años.
Es por esto que privar a un niño, sea hombre o mujer, y no dejarlo participar de una actividad escolar debido a un “juicio moral” pasa a llevar sus derechos.
Es considerado como un vestuario inapropiado aquel que muestra más de lo que debería o que distrae a los demás. Sin embargo esta categoría no debería aplicarse a los niños, quienes claramente aún piensan como tal y no como adultos, tergiversando las cosas o el propio vestuario. Además casi siempre se criminaliza a las niñas, quienes por su tipo de ropa “distraen” a sus compañeros, siendo que ellas no deberían preocuparse por distraer a nadie, solo de sentirse bien con su ropa.
Esto fue lo que ocurrió en Montana, Estados Unidos con Vega, una chica de 11 años, quien emocionada asistió al colegio con un vestido para sacarse las fotos del establecimiento, pero los administradores le dijeron que debía cambiar su ropa si quería aparecer.
Le dijeron que era “inapropiado” y Vegas no paraba de llorar porque no lograba entender la situación. Ella solo quería aparecer con un lindo traje en las fotos y pensó que ese que había escogido era perfecto.
“En vez de avergonzar a las niñas por su cuerpo, enséñenle a los niños a no tratarlas como objetos sexuales”
“Mi hermosa nieta Vegas hoy fue víctima de los códigos de vestimenta. Su hermana le compró este vestido y le dijeron que lo cambiara porque era una distracción. Ella va a la escuela Lockwood en Billings, MT”.
“Mi bella nieta Vegas se vistió según las reglas. Su hermana le compró este vestido y le dijeron que se lo cambiara porque “distraía”.
Todos los que vieron esta publicación se sorprendieron bastante y además se indignaron con las medidas tomadas por la escuela.
Supuestamente el vestido de Vega rompió las reglas porque en la escuela no se pueden mostrar los hombros, pero ella tiene 11 años y solo quería verse bien para el día de la foto. Llamar a esto una “distracción” es bastante ridículo.
Lamentablemente los adultos juzgan a los niños bajo sus propias reglas o normas, algo que no tiene nada que ver con la etapa de los chicos.