Científicos de Harvard y el Instituto de Tecnología de Massachusetts (Mit) quieren ayudar en esta crisis sanitaria con tecnología que ya ha funcionado con otras enfermedades.
Investigadores de las entidades antes mencionadas están desarrollando una mascarilla que brilla cuando hay contacto con el coronavirus, lo que sería un gran avance en esta batalla contra un enemigo invisible y peligroso.
El laboratorio de bioingeniería del MIT desarrolló sensores que detectaban presencia del virus del ébola cuando se liofilizaba (comenzaba a deshidratarse) en papel, lo que también fue adaptado para detectar el virus Zika.
Ahora estos científicos buscan crear una mascarilla que mediante color fluorescente detecte el coronavirus y así ayudar a detectar el virus.
«A medida que abrimos nuestro sistema de tránsito, podría imaginarse que se utilizará en los aeropuertos a medida que avanzamos en la seguridad, mientras esperamos subir a un avión», declaró Jim Collins, encargado del laboratorio en el MIT.
«Usted o yo podríamos usarlo en el camino hacia y desde el trabajo. Los hospitales podrían usarlo para los pacientes cuando entran o esperan en la sala de espera como una prueba previa de quién está infectado» indicó.
Esto podría facilitar mucho el trabajo del personal médico, ya que a diferencia de otros virus, este presenta falta de síntomas en pacientes que dan positivo lo que hace que el contagio sea inminente ya que existen pacientes asintomáticos. Así los casos podrían detectarse con mayor rapidez.
En las próximas semanas esperan tener resultados que aseguren que el sistema funciona. «Una vez que estamos en esa etapa, sería una cuestión de establecer ensayos con individuos que se espera que se infecten para ver si funcionaría en un entorno del mundo real», comentó Collins.
Esta tecnología se adaptaría para el coronavirus debido a que en el 2018 detectó virus Sars, sarampión, hepatitis C, influenza, Nilo occidental y otras enfermedades.
«Inicialmente hicimos esto en papel para crear diagnósticos económicos basados en papel», dijo Collins. «Hemos demostrado que puede funcionar en plástico, cuarzo y tela» agregó.
Aunque la vacuna tarde un tiempo, se espera que la detección de pacientes contagiados sea más rápida y nos ayude a disminuir los contagios a nivel mundial.