Cada historia es una expresión de la realidad, sea de algo que efectivamente pasó, de alguna tesis sobre la condición humana, de sentimientos o imágenes, etc. Y probablemente cuando Hans Christian Andersen escribió “El Patito Feo” se haya inspirado en la vida real porque, pese a que los patos en la vida real no tienden a discriminar por color, en casos como el siguiente sí sucede.
Estos dos patitos amarillos llamaron la atención de su dueña, quien les grabó mientras se daban un agradable baño en la cocina de su casa, mientras al lado y completamente ignorado por ellos, se encontraba un patito negro.
Justo como en el cuento infantil, parece que ninguno quiere ser amigo ni familiar del patito negro. Incluso lo mojan para que se aleje, y este da un paso al costado como si temiera a sus hermanos.
La dueña, quien registró el video, dice que le llamó la atención este comportamiento y que hará lo posible por ayudarlos a llevarse bien.
Es que puede que no sea un asunto de color después de todo, pues nacieron de madres distintas y es difícil que los patos acepten a uno que nació en otra familia.
Rara vez una madre pata confía su espacio a un desconocido, lo que no es difícil de entender. Probablemente este fue el caso de este patito, pero no deja de llamar la atención que justo rechazaran al de color distinto.