Muchas personas (varias de ellas autoridades) señala que la humanidad no afecta directamente la vida de las especies de animales en el mundo, y que el calentamiento global o la desaparición de ecosistemas enteros no es más que parte de un proceso natural. Básicamente, son gente que no se quiere hacer cargo de nada.
A todas esas personas, les invito a pensarlo de nuevo pues los humanos seguimos dañando la naturaleza de forma bastante directa. Más allá de la contaminación de las grandes empresas, hace poco en la Antártida rusa un hermoso oso polar fue hallado con un graffiti hecho con aerosol en su cuerpo.
Aunque la ubicación exacta del hecho se desconoce, sobre el oso se puede apreciar que fueron grafiteadas las siglas T-34, referencia a un conocido tanque soviético de los años cuarenta usado en la Segunda Guerra Mundial.
Esta “gracia” puede costar caro, pues Aatoly Kochnev -investigador principal del Laboratorio de Ecología de Mamíferos del Instituto de Problemas Biológicos del Norte- asegura que el animal podría haber sufrido terribles consecuencias debido al ataque.
No es exageración: las letras dañan su camuflaje natural exponiéndolo a cazadores furtivos, muy comunes en la zona. Además, hace más fácil que pueda ser identificado durante la búsqueda de alimento.
Algunas teorías dicen que este “chiste” vendría de una base rusa, algo que Kochnev descartó en declaraciones a The Siberian Times. “Los científicos no pudieron hacer esto”, aseguró el experto. “Podría haber sido alguien que ‘bromeó’ así”.
Todavía no se sabe quién podría ser el culpable, pero ojalá pudieran hallarlo para que pagara las consecuencias de sus actos. Mira acá el video del oso, bautizado como Misha por quienes lo hallaron marcado con aerosol: