Siempre hemos escuchado que mientras más jóvenes somos padres, mejor es nuestra labor tanto física como psicológica. Sin embargo, según una investigación realizada en la Kings College de Londres, mientras más adultos son los padres, su carga genética es mucha más amplia y completa.
Esto conlleva a que el coeficiente intelectual de los niños sea más alto y además su capacidad motora sea mucho mejor.
Al esperar un par de años para convertirse en padres se logrará mayor madurez a la hora de la crianza y también será mucho mejor para enfocarse en los planes e intereses personales mientras todavía se es joven.
El estudio se llevó a cabo evaluando el desarrollo y comportamiento de más de 8 mil padres de gemelos, entre 11 y 12 años. Se calculó el coeficiente intelectual, la capacidad de razonamiento, la resolución de problemas y sus intereses personales.
El resultado fue algo inesperado, determinándose que los niños que tenían padres de más de 35 años, fueron quienes obtuvieron los mejores resultados. Es importante destacar que la edad de las madres no fue un factor determinante.
Según los científicos los resultados apuntan a que aquellos padres que esperan más tiempo para formar una familia generalmente ya cuentan con una estabilidad económica idónea para poder educar y criar a los niños en un buen ambiente de aprendizaje.